La economía venezolana ha experimentado
cambios muy notables y visibles, en los últimos 15 o 20 años, de allí que la
misma es una de las más inflacionaria en el continente americano, incluso hasta
de todo el mundo; producto de un periodo hiperinflacionario, convirtiendo a
nuestra moneda con un valor cada vez más deteriorado, en comparación con
monedas extranjeras, entiéndase, dólar norteamericano, peso colombiano, real
brasileño y euro. Así como mentales preciosos (el oro), dando lugar a una
inminente dolarización en nuestro país.
Esto trae algunas implicaciones en la
macroeconomía del país, y sobre la economía en general.
Pudiéramos decir que no es el resultado de una
política económica, sino, la consecuencia de una reacción de algunos agentes económicos
frente a una economía inflacionaria, producida por la falta de credibilidad en
nuestras instituciones fiscales y monetarias.
El Estado por medio de su represente principal
(gobierno) a permitido y tolerado, hasta el punto de hacer oficial y reconocer
este proceso, consoliden los mercados de bienes, servicio e incluso
financieros.
Este proceso de dolarización no solo es un
fenómeno bancario ya que no se refiere a una relación de depósitos en divisas,
respecto al total de depósito el cual excede el 40% del mismo. Viéndolo de esta
manera, nuestro país desde el último trimestre del año 2018 se convirtió, formalmente,
en una economía dolarizada.
Hoy por hoy nuestra Venezuela opera como una
economía bimonetaria, en vía de consolidarse, donde el rol de la moneda
nacional a perdido, en un gran porcentaje las funciones típicas del dinero, hoy
llamado digital, es decir no es efectivo en billetes o monedas.
La dolarización del sector financiero en
Venezuela es muy reciente hablamos de finales 2018 o inicio del 2019 donde se
permitieron depósitos en divisas en la banca local.
La debilidad institucional y la falta de
credibilidad en la política económica convierte a Venezuela en un claro ejemplo
de todo esto. Por otra parte, de los bienes y servicios nombrados
anteriormente, sus precios son fijados en divisas, el sector público y privado,
no verá conveniente colocarlo en moneda local.
La dolarización no es sinónimo de prosperidad
económica, ya que no elimina los riesgos de sufrir crisis externas, ni tampoco
incrementa la sostenibilidad fiscal.
Con respecto al salario, pensiones y
jubilaciones, nuestro país sigue expuesto a choques internos, es decir enfrentamiento
entre sectores de la clase trabajadora de la vida nacional.
El gobierno Nacional no recibe suficiente
divisa, debido a la baja producción de petróleo, lo cual afecta en gran manera
los ingresos que cubran los compromisos del gasto público.
A finales del año 2022 la moneda venezolana
sufrió un porcentaje importante de devaluación con respecto al dólar norteamericano.
Aunque en Venezuela existen leyes que le dan
el derecho a los trabajadores del sector público a recibir el pago por
pensiones y jubilaciones. Sin embargo, estos beneficios no cubren las
necesidades básicas de un trabajador lo cual a llevado a este sector a exigir
un aumento en el pago mensual de estos beneficios.
No existe una ley o decreto que le dé la
oportunidad al trabajador público venezolano de recibir el pago en moneda
extranjera y si lo fuera, el ingreso mensual estaría rondando los 8 dólares.
Nadie quiere bolívares, el billete soberano
quedó para cubrir las menudencias y el pasaje del transporte colectivo.
Hoy al menos la mitad de las transacciones se
hacen en divisas, en el sector privado. Cuando alguien recibe pagos en bs
soberano, de inmediato compra dólares o algún producto para mantener el valor
de su dinero.
Bibliografía
ttps://efectococuyo.com/economia/alza-descontrolada-dolar-economistas-pensionados/
(No date) Dolarización y desdolarización ¿Un dilema en Venezuela? Available
at:
https://www.ucab.edu.ve/wp-content/uploads/2022/06/IIES-UCAB-Nota-16-Dolarizacion-y-Desdolarizacion-LZS.pdf
(Accessed: 10 May 2023).
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